Primeros pasos para abrir tu firma de abogados
La materia de emprendimiento en las facultades y escuelas de derecho se ha venido introduciendo muy lentamente durante los últimos años. Las universidades han sido tímidas en ofrecerle estas competencias a sus estudiantes, desconociendo el interesante mercado que existe en todo el mundo alrededor de las firmas de abogados.
Normalmente, quienes se atreven a dar el paso de crear sus propias firmas, lo hacen más por la necesidad inicial de compartir gastos de oficina con uno o varios colegas que por la visión empresarial de ofrecer servicios de manera organizada y con un objetivo en común.
De esta manera, y ante la falta de un propósito claro, estos abogados se enfrentan, entre otras, a las siguientes inquietudes:
1. ¿Qué servicios ofrecer?
2. ¿A qué tipo de clientes van dirigidos mis servicios?
3. ¿Cómo conseguir clientes?
4. ¿Debo hacerle mercadeo a mis servicios o a la firma?
5. ¿Cuánto cobrar por los servicios ofrecidos?
6. ¿Cómo cobrar por los servicios ofrecidos?
7. ¿Cómo repartir los ingresos con mis socios? ¿Los debo compartir?
8. En esta firma cada socio anda como rueda suelta y esto puede afectar mi reputación y futuro.
9. ¿Cómo contratar y remunerar abogados para que apoyen el crecimiento de la firma?
10. ¿Cómo incorporar nuevos socios a la firma?
11. ¿Cómo debe ser el manejo de los ingresos frente a las responsabilidades tributarias?
Aunque no hay una respuesta estándar para cada una de estas inquietudes, una orientación inicial desde la academia ayudaría a dar los primeros pasos con mayor confianza, evitando la enorme mortandad de emprendimientos legales que ni siquiera llegan a las puertas de la Cámara de Comercio.
Para emprender en el mundo de los servicios legales queremos recomendarles, antes de iniciar, hacer las siguientes reflexiones:
· Identificar las fortalezas de cada socio y establecer cómo ponerlas al servicio de la firma y los clientes.
· Identificar y definir los valores de la firma que servirán como cimiento para el crecimiento a pesar de las dificultades.
· Darse la oportunidad de soñar sobre el futuro de la firma y del rol de cada uno para verlo cumplido.
· Acercarse a la Cámara de Comercio o Centro de Desarrollo Empresarial con el fin de recibir orientación sobre emprendimiento.
· Definir un modelo de gestión que asegure la calidad y rentabilidad de la firma.
· Celebrar un contrato con el o los socios que establezca responsabilidades, obligaciones, mecanismos de salida e incluso, sanciones por el incumplimiento de los pactos.
En el momento que tomamos la decisión de dejar la independencia para plantear un proyecto conjunto con nuestros colegas, estamos frente al inicio de una empresa, y como tal, debemos activar el chip del emprendimiento, pues además de abogados, nos convertimos en socios y administradores.
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